O un espacio para historias muy comunes, de todos los días, en día.

Feb 8, 2008

Destrozando al maestro Jaime Sabines



lecturas

Me quité la piel para estrecharte

—Al Justiniano se lo llevó la ambulancia otra vez.
—¡Chingaos!, ya le he dicho que la poesía no es lo que dice, pero no hace caso.


Atrapada por ella misma
Los amorosos callan. El amor es el silencio más fino, el más tembloroso, el más insoportable.

Rebeca no soportaba a Guzmán. Le parecía tan corriente, vulgar; el sudor siempre en las manos. Porque estrechar su mano le resultaba repugnante. Así, evitaba incluso los buenos días o los hasta luego ordinarios en la oficina donde laboraban.

Guzmán, por supuesto, estaba loco por Rebeca. El grado de altivez de la mujer sería, quizá, lo que más lo atrapaba; ese gesto de frialdad en sus actitudes con él lo hundía en algo que él interpretaba como amor.

Cuando la situación se volvía insoportable para él, hace un par de meses, su corazón dio un vuelco tras leer aquel poema. Comprendió que Rebeca también estaba muy enamorada de él, de Guzmán, y al día siguiente, tras dirigirle la mejor de sus sonrisas, le retiró el habla en correspondencia al amor de ella.

Así, anoche Rebeca se embriagó a morir, no porque cumplía años, sino para perder la noción de su realidad, para escapar por un momento de sí misma. No. No comprendía. No era posible: se había enamorado del puto Guzmán.

4 comments:

  1. Pobre Rebeca, pobre Guaman... ¡es loq eu tiene el amor!

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  2. Caray! Quería decir: Pobre Rebeca, pobre Guzmán... ¡es lo que tiene el amor!

    Está buena la historia :-D

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  3. Vaya
    tu si sabes atrapar eh?
    se enamoro... bueno eso no es malo..
    Abrazos

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  4. avalon:
    Bendito sea el amor...

    Un beso :-)

    vicky
    ¿Yo...? ¿Atrapar...? ¡Por Dios!

    No sé si sea malo que se hubiera enamorado, pero, ¿de él...? Cosas que nunca entenderé.

    Un beso y gracias, vicky :-)

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