Despertar
Afrodita ha amanecido con las medias de seda atadas en la cabeza conteniéndole la resaca del éxtasis de anoche. La vista cae en el buró y le sonríe lacónica a la fría cuchara y a la hipodérmica. La entropisinitina intravenosa le ocasiona aquellos placeres que sólo su piel puede percibir y que, por supuesto, ningún hombre podría darle, aun cuando la pudiera ver. Piensa que es una lástima que ni siquiera su dignidad divina la libre de los efectos secundarios de la maravillosa droga, y se desliza de nuevo entre las sábanas. El día aún brilla en el Olimpo.
imagen: mujer con turbante y vela/Juan Ardohain @ www.artelista.com
tener que drogarse para sentir alegrías, no es una salida pero es la que muchos realizan para sobrevivir a la realidad agobiante
ReplyDeletebesos José Luis, mil gracias por volver
¡órale!
ReplyDeleteElisa. Hay personas para las que drogarse es un estado de vida, no para salir ni sobrevivir a nada. Son como aquellas personas que necesitan trabajar constantemente, workaholic, para poderse sentir vivos. Otros no pueden dejar de sentir su chute diario de endorfinas y hacen ejercicio hasta terminar extenuados.
ReplyDeleteLas variantes de las adicciones son muchas y ocultas, en la mayoría de los casos. Formas de vida, les llamaría yo. Por supuesto, no niego los casos en que se trabaja, se hace ejercicio o se drogan para escapar de una realidad que los sobrepasa.
Un beso :-)
Eso, Maggi Co, órales :-)
Un beso :-)
Me da mucho gusto estar de nuevo en el circo, me encantó tu entrada. Sabes, es bueno ver a una diosa tan humana, y sí, concuerdo que las adicciones son muchas y vienen en muchos paquetes ¿quien no es adicto a algo?
ReplyDeleteTe invito a leer esto de hace ya un tiempo:
http://wastedcherryblogblof2.blogspot.com/2007/10/de-qu-sirven-las-agujas.html
Un saludo muy caluroso desde la calurosa ciudad de Aguascalientes